Nuestros pies bailando sobre charquitos de sangre, como haciendo vino...

Hace cuanto tu imagen por esa ventana no me vio mirarte. Mirar la llave que pende de tu cuello. Justo ahí, donde jamás podré rodearte con mis brazos, abrazarte.

Decir tu nombre

Hice una lista, enorme, enumerando las cosas por las que debería dejar de decir tu nombre. Estaban entre ellas la voz tuya, suave, retumbando en mi cabeza, tu voz que es profunda y hermosa. Todos tus defectos que son tan pequeños que no consigo siquiera verlos. Tus versos, que me provocan tristeza. La letra caprichosa de tus manos. Tus manos. La mancha izquierda de tu pantalón. Tú, todo, asomado al balcón. Pensaba que, desafortunadamente, no existe cosa que me haga desistir. Que me gusta, incluso la ultima letra de tu nombre y la segunda y la cuarta, que son todas la misma, que, si acaso, no me gusta la penúltima, pero eso es solo por decir algo, pero que no hace falta, que no sirve.

Muerte por salvavidas o Sofía en el río

To me you are a work of art

la foto robada

¿Cuántas, de todas las veces, no te habré arropado en los revueltos espacios de mi memoria? ¿Cuántas veces te habré nombrado el protector de los delgados muros que nos salvan del desastre?, de lo que no es tan bello como el aire que sopla tus palabras. Te dijo alguien, alguna vez, que yo te esperaba contando los pasos de mi ventana a tu balcón? Que del humo de tu cigarro ya adivinaba yo historias de viajes en bicicleta, de vuelos por la selva, de sonrisas escondidas a pesar de todo, de tus ojos mirando lo lejano?

Te tengo en el centro del corazón, te expandes, me invades...

El viento que sopla tus palabras

Quiero entrar en tu boca, buscar ahí las palabras dulces que a veces dices, y las amargas también quiero encontrarlas, quiero luego salir de tu boca, que digas mi nombre...

P J Harvey Grow, grow, grow

Anxiety Girl

nataliedee.com

"oh, God, this tights are too tight, I think I´m gonna die!!"

El taxi de los sueños

Quizá me olvide de la calidez de mi apellido y de tu fama y pierda el mundo toda validez en las cobijas de mi cama.

Y me aventure a desnudarme, gritar mis broncas y mis miedos, dejar de aparentar lo que no soy aunque me duela defraudarte...

Tom Waits, Lie to me

esperando...

Mi emoción se hace cada vez más pequeña. Te espero en esta banca tal como me lo pediste. Uso el pelo suelto y el vestido rojo que dices que te gusta. Trato de no morderme las uñas pero estoy nerviosa. Los minutos se multiplican tanto como la opresión que siento en el pecho. Mi estómago se contráe de una manera rara, casi dolorosa, sobre todo cuando pienso que otra vez no vendrás, que no podré cantarte esa tonta canción que hice para tí -eso talvez sea un alivio-.
Ayer me pediste que viniera, y no puedo estar equivocada, tengo tu carta en las manos, me dices que vendrás, que espere...y eso hago. Hace rato que el sol se ha metido y no alcanzo a leer pero lo recuerdo bien, que espere me dices...y eso hago.

Hace tiempo entré a un libreria de viejo y me dirigí al apartado de fotografia: libros, revistas, manuales, de todo. Me interesó un encuadernado de tres numeros de la revista francesa Photo, en particular un fotorreportaje en un bar de Hamburgo, prometo hallar la revista e investigar el lugar y fecha. De esa serie es la famosa fotografia que Tom Waits uso para la portada de su disco Rain Dogs: la risa de la mujer, los ojos cerrados del hombre (es Tom Waits?) y el contexto de la cantina la hacen una muy buena foto. El reportaje muestra la convivencia en ese ambiente bajo, lleno de prostitutas, borrachos y de boxeadores retirados que después de unos tragos quieren revivir sus buenos años. Me gustó la fotografia de arriba, las mujeres que andan en esos lugares deben de tener miles de historias que contar...

La insoportable levedad de los Frutilupis

Cuando me aburro escribo palabras que comienzan con la letra A como "aburrida", otras veces, hasta frases:"anoche andaba ansiosa".
Y ya que anoche andaba ansiosa decidí ocupar mis horas de insomnio para hacer un blog y contarle a quien posiblemente no le importe que me gusta caminar descalza, acostarme en la cama para subir los pies por las paredes, leer mis libros al reves y, finalmente, arrodillarme para cantar como Diamanda Galas.