julio 21, 2008
Decir tu nombre
Hice una lista, enorme, enumerando las cosas por las que debería dejar de decir tu nombre. Estaban entre ellas la voz tuya, suave, retumbando en mi cabeza, tu voz que es profunda y hermosa. Todos tus defectos que son tan pequeños que no consigo siquiera verlos. Tus versos, que me provocan tristeza. La letra caprichosa de tus manos. Tus manos. La mancha izquierda de tu pantalón. Tú, todo, asomado al balcón. Pensaba que, desafortunadamente, no existe cosa que me haga desistir. Que me gusta, incluso la ultima letra de tu nombre y la segunda y la cuarta, que son todas la misma, que, si acaso, no me gusta la penúltima, pero eso es solo por decir algo, pero que no hace falta, que no sirve.
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